La interrupción de mi
página, debido a la visita inesperada de Miguel, Rafael y Gabriel, me dieron la
oportunidad de reflexionar más a fondo, en esta tierra de Los Patriarcas. Su
historia, se encuentra narrada en la segunda parte del libro del Génesis, cuya
primera parte, contiene los relatos de la creación de Dios, del día y de la
noche, de las luminarias en el cielo, de la separación del agua y de la tierra,
del Paraíso rodeado por cuatro grandes ríos, de la creación de plantas y
animales, peces y aves, pero, sobre todo, de la creación de Adán y Eva, símbolo
universal de la raza humana.
¿Creación o evolución?
¡Magia Divina! De un Dios cuyo corazón, arde de amor por todas sus criaturas.
Posteriormente, el Génesis,
nos presenta una historia surrealista de los antecesores de los Patriarcas, de
los cuales descienden supuestamente. Todos estos relatos, nos llevan a las
historias sumerias y cananeítas anteriores a los escribas Bíblicos, que los
tomaron como modelos para narrar la historia del pueblo de Israel. Repetir lo
que otros han repetido, que sumeria emergió como una gran civilización, nacida
de la nada, en una edad temprana de hace 5800 años aproximadamente, cifra muy
pequeña, comparada con la de la tierra, cuya formación ocurrió hace
4,600,000,000 años, es decir 5,400,000,000 más joven que la fecha en que
nuestros científicos estiman, ocurrió la fantástica explosión conocida como el
“Bing Bang” que dio origen al universo conocido, es decir, hace 10,000,000,000
de años, pero que ningún científico o mente brillante sobre la tierra, tendría
la capacidad de imaginar la edad de ese universo desconocido, que dio origen al
que hoy conocemos. La historia del Paraíso que se traduce Edén, que proviene de
la palabra Edinu, y que en el idioma acadiano significa, planicie o estepa,
pero que en el idioma semita, se traduce por abundancia o delicia, estaba
rodeado por cuatro ríos, dos de los cuales, el Pishon y el Gihon, no tienen
referencia histórica exacta ,aunque pudieran estar hablando del Rio Khabur y el Rio Orontes situados en el
reino de Mitani, en la antigua Asiria, tierra mencionada como Havilah, o bien,
sean ríos inmersos en las profundidades del golfo Pérsico, solo los dos últimos
mencionados, el Tigeris y el Euphrates,
parecen ser los que bañan el aluvión conocido como Mesopotamia. Para ellos "estar rodeada por 4
ríos" puede significar "El mundo y el cielo imaginado como una
pirámide, rodeado de aguas imaginarias que llegaban hasta el cielo. Sin
embargo, estas historias, así como las de Adán y Eva, las de Caín y Abel, las
de Noé y Matusalén, y todas las demás del Génesis, hasta llegar a la de los
Patriarcas, son historias fundadas, como ya explicábamos antes, en las
historias sumerias y cananeítas de sus héroes y dioses, que tuvieron gran
influencia en esta narración. Lo maravilloso de estos relatos, es, como los
escritores sagrados, a pesar de sus errores históricos y de sus exageraciones
narrativas religiosas, lograron instruir a su pueblo, en el amor de un Dios y
Padre creador, que hizo de este pueblo del desierto, el elegido para recibir a
su enviado y único Hijo no creado (unigénito) y establecer su mundo de paz. Una
de las objeciones de algunos grupos hacia Dios y su convenio con Abraham, es
que Dios les prometió una tierra no vacía, sino poblada por pueblos paganos
pero civilizados, por lo que en realidad no fue un regalo, sino un robo. Estos grupos
por supuesto se olvidan, de qué manera han construido la nación que han hecho
como réplica de esa tierra, que mana leche y miel, que son los Estados Unidos.
Dios, no da la tierra al hombre, como una porción limitada por fronteras, como
los judíos creyeron entender, ni la reparte con un título de propiedad privada,
que más bien, es un contrato de arrendamiento del Estado, con uso y explotación
limitada, sujeta al pago de impuestos, como se da en los países capitalistas,
ni tampoco, como un derecho de uso comunitario, como se da en los sistemas
comunistas y socialistas del mundo, ni mucho menos, la da como botín de guerra,
como piensan muchos tiranos y dictadores.
“Quien gobierna sin amor,
al igual de quien obedece sin amor, falla en esta Ley o Mandato y queda sujeto
al juicio de Dios”.
El otro día, mi ángel me
explicaba, que la falla de los sistemas democráticos del mundo, no está en su
forma sino en su fondo. Sus innumerables leyes sustituyen a los dioses paganos,
y reconciliarlos, se vuelve contradictorio, debido a su número, pero, además,
su falla no está en su ideal humanista sino en su concepto ateísta. Detrás de
todo mandamiento, de toda ley, de toda orden emitida, debe de estar el amor,
única y verdadera Ley de Dios. Sin el amor, toda ley es abuso del poder,
autoritarismo, contradicción a la verdad y a la autoridad, sea ésta, dada en un
país, en un convento o monasterio, en una iglesia o comunidad o simplemente en
la familia. Por otra parte, obedecer sin amor, es una sumisión llena de
frustración, similar a la esclavitud, mientras hacerlo con amor, es una
sumisión llena de confianza a la voluntad de Dios en la cual se haya la
verdadera libertad.
Cuando yo vine a esta
comunidad de laicos en Houston, puse mi obediencia en manos de la directora,
una mujer sensible, compasiva y llena de una sabiduría que solo Dios sabe dar,
para llevar a cabo sus planes, y detrás de todas sus órdenes, encontré siempre,
el amor de Dios que la guía. Hoy en día, ha delegado muchas de sus funciones,
en asistentes y directores de departamentos que buscan solo demostrar su
autoridad o probar su capacidad para realizar planes y proyectos, buscando en
todo esto, el ser los primeros, olvidando totalmente lo dicho en la Biblia por
Jesús, que para ser los primeros, necesitan primero ser los últimos, por lo que
un día le dije: “Mami” (Como suelo decirle con cariño), hoy se me hace difícil
obedecer las órdenes que recibo en la comunidad, no porque me haya acostumbrado
a recibirlas de usted, sino, porque detrás de ellas, no hay amor, solo
autoridad y manifestación de poder. En otro de mis libros, voy a narrar parte
de esta vida, espiritualmente rica, que he vivido con ellos, como un
reconocimiento a esta gran mujer y a su obra, que ha sido polémica de la
Jerarquía Eclesiástica, así como de políticos y funcionarios del gobierno en
esta ciudad y en el Estado de Texas en la Unión Americana.
Este día, había estado
lloviendo, y trabajaba yo en mi computadora, aunque con un cuadro, colgado en
el caballete de pintar, esperando me decidiera a terminarlo, de pronto escuche
la voz de Gabriel, esta vez provenía de una pequeña estatua de San José, que
acostumbro tener en mi mesa de trabajo. Es curioso, Gabriel era el único de los
Arcángeles mencionados en mi libro, que no había conocido transformado como
persona, sin embargo, era el único del cual conocía su verdadero nombre, si
conocer significa recordar con detalle, la luz y la música que se produce al
pronunciarlo.
Con una voz dulce y
maravillosa, que no denota timbres masculinos o femeninos, me saludo: ¡Que tal, hermano y amigo! ¡El amor de Jesús Resucitado y Glorioso este
contigo!
Yo trabajaba en mi página y
al sentir su voz, le conteste: ¡Gabriel!
Que gusto me da tenerte en mi apartamento. ¿Gustas algún refresco? (sabedor de que ellos no necesitan ni
siquiera tocar el vaso para beberlo)
“No, gracias”, me respondió, “¡Ve y prepara
el café que tienes en tu mente! He venido para ayudarte en este capítulo que es
de gran importancia para tu libro, y empezaré hablándote de los Patriarcas. El
primer sistema de gobierno dado por Dios, se dio en la familia. Por eso,
Moisés, en el decálogo de leyes que le fue inspirado, escribió: “Respeta a tu
padre y a tu madre, para que se prolongue tu vida sobre la tierra, que Yahvé,
tu Dios te da”. (Éxodo 20:12)
Como vez, Dios no
discrimina a la mujer en su autoridad. Este sistema de gobierno se convirtió en
monarquía, con el establecimiento de aldeas y después ciudades-estado como Ur
de los caldeos, mencionada en la Biblia como la ciudad de Abrahán, de la cual
salió siguiendo el llamado de Dios. En sumeria, al Rey se les llamaba pastor, recuerda
que estas ciudades se repoblaron después del diluvio, con tribus seminómadas
del desierto, viajando con sus ovejas y burros que pastoreaban. Viajar por
tierras inhóspitas, es una labor difícil para una mujer, por lo cual el hombre,
tomó la cabeza del gobierno de la tribu o grupo familiar. El Patriarca, no necesariamente era el hombre más viejo de su clan,
pero de su descendencia, a través de la persona ungida, estaría la que ocupara
su lugar para dirigir el grupo.
Viajar en el desierto,
significa mantener el orden y la convivencia de los que componen la tribu.
Establecer condiciones comerciales con los pueblos por donde transitaban,
obtener permiso para acampar un tiempo y mantener la seguridad y bienestar de
su pueblo - familia; Todas éstas, eran obligaciones del Patriarca, ¡ha! y lo
más importante, mantener sus costumbres y tradiciones, entre las que se encontraban
el culto a sus dioses. Viajar por el desierto con un clan numeroso, se
vuelve difícil, sobre todo, considerando la limitación de pozos de agua y pasto
para el ganado, por lo que se acostumbraba dividir el clan cuando éste crecía,
como fue el caso de Abrahán y su sobrino-hermano Lot. Generalmente, eran recibidos pacíficamente por los pueblos que
visitaban. El pago de impuestos para ocupar la tierra en que acampaban y las
relaciones e intercambios comerciales que generaban, era una razón para
recibirlos con agrado, junto con las noticias de otros pueblos traídas por
ellos, además, de que estos grupos, no parecían interesados en pelear para
poseer una tierra en donde permanecer. Sin embargo, los peligros de viajar con
posesiones y riquezas por el desierto, les hacía viajar armados, y muchas
veces, estos grupos, se mantenían unidos a distancia, para protegerse
mutuamente. No eran solamente familia, sino, además, asociados y esclavos lo
que viajaban con ellos. Muchos de estos grupos, adoptaban costumbres y
tradiciones de los pueblos por donde pasaban, sobre todo religiosas. Algunas
veces se unían con mujeres de esos pueblos, o sus mujeres se unían a ellos. En
todo caso, la costumbre era, que la mujer permanecía en la casa del marido.
La promesa de Dios de hacerlos un pueblo
numeroso, radicaba en la idea de darles hijos varones, para que su descendencia
permaneciera unida. Por eso, son 12 los hijos de Jacob, aunque de diferentes
mujeres. Y por eso, es la importancia de la heredad de Abraham en Isaac, como
lo es y sigue siendo en el pueblo de Ismael. Por eso también, la importancia
del sistema Patriarcal conservado en las familias de estos pueblos.
“Los amoritas eran grupos
seminómadas, sin tierra propia, que recorrían el desierto, sin guardar un
sentido de nacionalidad, tal es el caso de los gitanos, que aún hoy en día,
suelen recorrer las ciudades y pueblos, en los países en que les son permitido
cruzar. Hablare de ellos en otro de tus libros.
El caso de Abrahán como
Patriarca, era un poco diferente. Él pertenecía a una familia de amoritas
asentada en Ur, llena de riqueza y respetada por sus vecinos. Dejan esta
comodidad, para salir en busca de una tierra sin sentido, llena de abundancia
que Dios le ofrecía, para que le rindiese culto libremente, como su único Dios
y Señor. El caso es que él, sin pensarlo mucho, vendió sus tierras y
propiedades, y tomando a su familia y algunos que prometieron seguirlo,
salieron en busca de esa tierra”.
La Biblia nos dice, que fue Tera, padre de Abrahán, el que los sacó de Ur para
llevarlos a Canaán, pero una vez llegados a Jaran, se establecieron ahí, dándonos
a entender, que ya había la idea de salir a esa tierra, lo importante es saber,
que fue Abrahán, guiado por una promesa de Dios, diferente al deseo de su
padre, el que retomó la iniciativa de salir de esa tierra. Él, al igual que
otros Patriarcas, tenía la obligación de cuidar de su grupo, como un padre
cuidaría de sus hijos. Es de suponer, que, al salir, muchos de ellos no solo
acarreaban tabletas de escritura cuneiforme con algunos relatos religiosos o
épicos, sino, además, sus ídolos familiares, que los protegían de males y
enfermedades, parecido a la idea de los santos hoy en día. Abrahán, sin
embargo, mantuvo dentro de sus leyes, el rendir culto a su dios, que fue
conocido como el dios de Abrahán, y cuido que, en el camino, no hubiera
contaminaciones con sus dioses o costumbres, por lo cual, fue conocido y
respetado a su paso por otros pueblos. Voy a escribir unas notas de la Biblia
Latinoamericana antes de pasar a la teoría de algunos grupos acerca de los
Patriarcas, le dije a Gabriel en nuestro dialogo. Segunda parte del Génesis:
Los primeros padres del pueblo de Dios:
“Siendo Abrahán ya anciano…
Abrahán tenía 75 años” (Gen 12:4)
Numerosos grupos a su alrededor salían hacia el sur, en busca de tierras
mejores, y lo peor, era que él no tenía hijos. ¿Cómo es que este hombre reharía
su vida? Los escritores Bíblicos se esfuerzan en trazar una ascendencia para
Abrahán, que los lleve a Sem, de ahí que se denominen pueblos semitas,
refiriéndose quizás, al lenguaje familiar que se inicia según ellos, con la
confusión de lenguas. Mencionan también, cuando salieron de Ur, pero no cuando
llegaron (Gen 11:14-32). Otro factor es
la edad, que algunos grupos utilizan para enmarcar sus teorías. Dios le hace
tres promesas a este Patriarca, la de la tierra, la de la bendición de su
descendencia y la personal, en que lo colmaría de años y riquezas. “Entraran en
Cannan…” y Abrahán atravesó el país hasta el lugar sagrado de Siquem, el árbol
de Moré. Los Cananeos estaban entonces en el país. Yahvé se apareció a Abran y
le dijo: "Esta tierra se la daré a tu descendencia". Entonces Abran
dedico un altar a Yahvé, que se le había aparecido. (Génesis 72:6-7)
Esta referencia es
importante porque según la tradición, el monte de Moré, es el mismo en que mil
años después, Salomón construye el Templo del Señor (2 Crónicas 3:1) y que David
escoge Jerusalén, para ser la capital de Israel y compra este monte para
dedicarlo al Señor y erguir su Templo (4 Crónicas 21:18; 22:1) y que después de
su destrucción por Nebuchadnezzar, es reconstruido por los judíos, en el mismo
lugar, a su regreso de su destierro de Babilonia, hasta que en el 169 AC.
Antiochus IV saquea el Templo y lo convierte en un templo pagano dedicado a
Zeus, Un viejo sacerdote llamado Matías y su hijo Judas Maccabeus (a quien
llamaban Judas el martillo) expulsan a los asirios de Jerusalén y re-dedican
este Templo al Señor. Este acto se recuerda como la celebración judía del
Hanukkan. En tiempo de Jesús, Herodes lo renueva y lo hace más grande, hasta
que es destruido por los Romanos, según lo profetizado por Jesús, y siglos después,
con la aparición del Islam y su dominación en Tierra Santa, es erecta la
Mesquita Al-Aksa y el Domo de la Roca, lugar en el cual, según la tradición
Islámica, Muhammad asciende al cielo en la noche de su viaje, por eso Jerusalén
es llamada “Al-Quds” (Santo lugar) y es la tercer ciudad sagrada del mundo
islámico, después de la Mecca y Medina en Arabia Saudita. Según la profecía en
Apocalipsis, es esta mezquita y el domo dorado, donde el nuevo Templo de Dios
será construido, lo que nos hace suponer una futura confrontación del islam
contra Israel, del cual, este último saldrá victorioso, en el periodo que será
conocido como el reinado del Anticristo. La Biblia menciona dos historias de la
llegada de Abrahán a Egipto, siguiendo a los escribas Bíblicos, (Gen 12:1-20) y
(Gen 20 1:-18) algunos grupos aprovechan
para sugerir la entrada de Abran a ese país más de una vez, de igual forma,
mencionan que Abran tendría 30 años cuando entro a Egipto, todo esto para
identificarlo con el empiezo del reinado de los Hyksos o reyes pastores o del
desierto y hacer de él, uno de ellos, tratando de demostrar una profunda
participación de este pueblo en el robo del secreto de resurrección que poseían
los reyes del alto egipcio y la salida de Moisés de Egipto llevando consigo
este secreto. Esto
significaría que Abran era muy joven cuando salió de Ur, y no 75 años, como los
escritores Bíblicos mencionan, lo cual tampoco concuerda con la histories de un
viejo movido por la Fe en Dios, la cual nunca será aceptada por algunos grupos
que buscan en la Razón, la fuente de toda sabiduría. Si seguimos al Yavista,
Abrahán salió de 75 años y de acuerdo a la edad de sus muertes, él debería ser
de 25 a 30 años mayor que ella, y si les tardo otro mínimo 11 años en llegar a
Egipto, Sara tendría entre 50 o 55 años al llegar, que, para una mujer de aquel
tiempo, era tal vez aún, muy bella y deseada, tomando en cuenta los patrones de
belleza de las matronas de aquellos tiempos. Continuando su relato, Gabriel me
dijo: “El nacimiento de Ismael, la
separación de Lot, la destrucción de Sodoma y Gomorra y por último la
procreación de más hijos de Abrahán posteriores a la muerte de su esposa,
parecen ser historias complementarias para explicar el nacimiento de algunos
pueblos y la desaparición de otros”. “Sodoma y Gomorra aún no han sido
desenterradas, pero pudieran estar bajo las aguas salinas del mar muerto o de
capas de lava, producto de alguna erupción volcánica que desato una lluvia de
azufre y fuego de su subsuelo petrolífero”, le respondí. “Además algo que
algunos grupos critican también, es la demanda que Dios le hizo a este
Patriarca, al pedirle que sacrificara a su único hijo como ofrenda a Él”. Esto, dicen estos grupos, demuestra que el
dios de Abran, era un dios pagano que gustaba de sacrificios humanos como los
demás dioses de la región, ¿No es verdad? le repliqué. “En lo único que estoy de acuerdo”, me dijo, “es que este Patriarca conocía y respetaba
las costumbres de la región. Los habitantes de canna solían ofrecer a sus
primogénitos, en sacrificio a sus dioses, a los cuales temían. Abrahán,
creyendo entender esta costumbre de la región, lo hace no por temor, sino por
obediencia que significa la gran confianza en su Dios”. Con los siglos, Dios hará lo mismo con su
hijo, para enseñar al mundo que no es el temor, sino el amor, el que lo lleva a
repetir esta tradición pagana, convirtiendo a Jesús, en la ofrenda perfecta
para ser agradado, en otro de sus “locos y misteriosos caminos” que la mente
humana jamás entendería y que Jesús, en perfecta obediencia, acepta. Después
vendría la circuncisión, también costumbre de algunos pueblos paganos pero que,
en los judíos, adquiere un nuevo significado que viene a sustituir a la falta
de nacionalidad y que los identifica como pueblo elegido, posteriormente el
sacrificio de la Alianza, en el cual, la ofrenda es partida en dos como las
partes del convenio y pasa sobre ellas el fuego que la quema y simbolizar que
si alguna de las partes falla, el otro tiene el derecho de partirlos en dos y
pasarlos por fuego. Esto parecería que fue, lo que Dios hizo con el pueblo
judío, dividiéndolo primero en dos y luego pasándolo por el fuego de sus
enemigos, a los que entrego. ¡Pero no es así! pues en su pacto con Abrahán, Él
le mando a éste, un sueño profundo, y solo Dios pasó en medio de la ofrenda,
simbolizando que Él y solo Él, era responsable de este pacto. (Génesis
15:12-18). El nacimiento de Isaac, cuyo nombre significa "se rio"
refiriéndose a su madre, cuando escuchó que iba a tener un hijo de Abrahán.
Posteriormente la muerte de Sara a los 127 años y el casamiento de Isaac con
Raquel a los 40 años, para consolarse de la muerte de su madre y finalmente la
muerte de Abraham a los 175 años, finalizan este periodo de Abrahán como
Patriarca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario